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Historia del World of the Warcraft Capitulo 4

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 Historia del World of the Warcraft Capitulo 4 Empty Historia del World of the Warcraft Capitulo 4

Mensaje por Abaddon Jue 29 Ago 2013, 15:19

CRONICAS DE LA GERRA DE ACEROTH

Yo soy Sir Anduin Lothar, hombre de armas de la Hermandad de los
Caballos, y guerrero al servicio del Rey. Siento la necesidad de
informarte acerca de los eventos que en este tiempo determinan este
conflicto. La historia de nuestra batalla contra los orcos inicia cerca
de cuarenta años en el pasado. Debo decirte que lo que vas a escuchar al
principio te parecerá incomprensible, por la incomprensión misma de la
naturaleza de nuestro enemigo. Como estudiante de la historia y de la
guerra, lo único que sé es que entender nuestro pasado es determinante
para tomar las decisiones de nuestro futuro.

559 Todo ha sido pacífico por muchas generaciones, y el reinado de Wrynn
III es fuerte y próspero. Las constantes revueltas y luchas por el trono
que han caracterizado a reyes anteriores no tienen lugar en la corte de
Wrynn. El niño mago Medivh ha nacido de la unión del Conjurador de la
Corte y una misteriosa viajera. Después de que el niño nació, la mujer
desapareció, y el bebé ha sido admitido en la corte como hijo del reino.

564 El niño príncipe Llane ha nacido del Rey Wrynn y Lady Varia. Él es
el primero y único hijo de ambos, pero su nacimiento permitirá la
continuación de su línea real. Es un gran día para el reino, que se ha
celebrado con fiestas y torneos. El Rey Wrynn ha declarado el día
festivo para celebrase durante todo su reinado y para marcar la ocasión,
le ha dado a cada ciudadano de Azeroth oro sobre su salario.

571 La celebración de la Edad de la Ascensión desde la niñez a la
adultez es uno de los mayores acontecimientos de padres e hijos. A
Medivh le ha llegado al momento en que se le dé el título de Aprendiz de
Conjurador de la Corte. Al acercarse la celebración, el muchacho ha
presentado problemas para dormir porque oscuros sueños y figuras
aparecen en lo más profundo de sus sueños. Sudando frío, Medivh camina
hacia la recámara de su padre. En el momento en que el Conjurador toca
su frente buscando la fiebre, un ardiente fuego ha brotado de los ojos
del niño. Este haz de luz ha sido observado en la lejana Abadía de
Northshire, y un centenar de clérigos ha arribado al castillo. Solamente
sus habilidades combinadas con los poderes del Conjurador pudieron
contener a Medivh. Como estos poderes son demasiado elevados para él, el
muchacho grita en un terrible dolor por las energías que son canalizadas
a través suyo. Las horas pasan, quizás incluso días, durante los cuales
han luchado para derrotar la furia. Entonces, tan simple como soplar una
vela, padre e hijo caen sobre el suelo. El Conjurador yace muerto,
drenada su vida, y Medivh ha caído en un profundo sueño ? su corazón
apenas late, y solamente un leve suspiro escapa de sus labios. Luego de
una larga discusión, el Rey y el Abad de Northshire han decidido
llevarlo a la Abadía, para seguridad de niño y reino.

577 Llane ha llegado a su Edad de la Ascensión, y el título completo de
Príncipe de Azeroth ha sido investido en él. En su ceremonia, decenas de
miles de devotos le han deseado soporte y larga vida. Durante la noche
con su familia, y cerca del crono, un viento helado ha comenzado a
soplar en el aire. Una gentil brisa al principio, crece luego en
intensidad, hasta que las puertas del gran salón se han arrancado de sus
bases. Tan pronto ha cesado el viento, una figura ha entrado, semejante
a un gran cuervo. Las antorchas del gran salón se han reencendido con un
halo azul y la figura de Medivh ha sido revelada. Como el se ha colocado
en frente de la mesa del Rey, los guardas le han cerrado el paso. Un
simple movimiento de su mano los ha detenido, congelados en sus puestos.
El hechicero, hecho ahora un hombre, explica que sus años de sueño han
finalizado. Los años de constantes oraciones de los clérigos de la
Abadía de Northshire le han permitido tener control de sus poderes.
Cuando su espíritu y su cuerpo estuvieron a tono, ha despertado, y ha
salido hacia la Fortaleza de Stormwind. Medivh explica que ha venido a
reparar el daño que le hizo a la corte y ha aprovechado la ocasión de la
ceremonia de Ascensión del Príncipe Llane. De una bolsa que cuelga de su
cinturón, ha sacado un cristal de obsidiana, con arenas blancas como la
nieve. El joven príncipe lo ha mirado de cerca, pero las arenas se
encuentran en constante flujo y nunca se acaban. Medivh clama que estas
arenas representan al reino, y tanto tiempo como las arenas nunca se
acaben, el reino del Rey Wrynn nunca caerá.

583 Seis años han pasado, y la tierra lentamente se ha secado. Los
cultivos han muerto en los ricos suelos del reino. Los niños enferman y
nunca se recuperan totalmente. Incluso los corazones de las personas de
Azeroth se han vuelto oscuros. El invierno ha sido inexplicablemente más
frío y más largo, y el sol del verano crea sequías en la tierra y los
días son más oscuros de lo usual. Ningún clérigo o mago ha podido
explicar cuál ha sido la causa de estos cambios. Más y más personas se
sienten descorazonadas, y donde antes había optimismo, ahora solo hay
incertidumbre.

Durante una oscura mañana, el Príncipe Llane acude al lado de su padre,
cargando el cristal de las arenas. Durante la noche, las arenas han
corrido hacia abajo, y están casi vacías. El Rey Wrynn toma el cristal
entre sus manos. Tan pronto como las últimas arenas caen sobre la base
del cristal, un sonido estrepitoso rompe las puertas de la ciudadela de
Stormwind. Repentinamente, los salones se han llenado de criaturas
horribles. Groseramente deformadas, un cruel reflejo de la humanidad, se
lanzan sobre los guardias del Rey y los aniquilan. El rey Wrynn, Llane y
lady Varia son escoltados por unos caballeros hacia la Abadía de
Northshire, prometiendo que las agresivas bestias serán destruidas. Este
día no ha llegado aún.

584 A la edad de veinte años, Llane ha sido pronunciado rey de Azeroth.
Su misión es clara ? raer de la tierra a estas criaturas. Los pocos que
han sobrevivido a la batalla se refieren a si mismos como orcos. Cuando
son interrogados, prefieren la muerte a dar información. Son crueles,
sádicos y viles ? no hacen distinción entre soldado o niño, guerrero o
mujer. Matan a cualquiera que encuentran sin derecho a súplica. Los
pocos humanos que no han muerto por la espada orca son tomados como
esclavos y llevados al este, donde los orcos han hecho sus campamentos.
Qué hacen con estas personas es aún desconocido, pero lo cierto es que
ninguno ha vuelto.

593 Cerca de diez años de escaramuzas y luchas a lo largo de las
fronteras ha tenido que resistir el pueblo de Azeroth, pero las hordas
orcas siempre han sido rechazadas hacia los pantanos. El rey Llane ha
descubierto que los orcos, además de increíblemente fuertes y viciosos,
no están bien entrenados en combate, y siempre atacan desorganizados.
Esta puede ser la llave para derrotarles, y es una debilidad que piensa
utilizar en el futuro. El misterio al que ningún clérigo o mago ha
podido encontrar respuesta es el origen de estas criaturas.

En el décimo año de su reinado, el rey Llane recibe la visita de una
viajera misteriosa. Ella ha venido a advertir al Rey que la gran batalla
contra su némesis esta cercana. También le dice que la unión entre el
Conjurador del Rey y ella tenía la intención de crear un niño al cual
ella pudiera transmitir sus conocimientos y poderes para bien. Pero no
contaba con que fuerzas de otros mundos tratarían de dominar al niño.
Ahora ha descubierto que los poderes que corren por sus venas han
enloquecido a su hijo. Estos poderes han aumentado tanto que ni ella
misma ha podido derrotarlo. La viajera también informa al Rey Llane que
Medivh fue el responsable de la llegada de los orcos a Azeroth. Cuando
niño, durante la batalla con su padre, había abierto un portal a un
lugar al que los orcos, y muchas otras criaturas, llamaban hogar. Los
orcos son discípulos del caos, y ni siquiera Medivh tiene control sobre
ellos. Asimismo, la viajera advierte al rey que con el tiempo, Azeroth
se verá obligado a luchar contra él y si no logran derrotarlo,
ciertamente el mundo sufrirá.

Rumores de guerra llegan desde los pantanos. Los ataques sobre nuestros
asentamientos, al principio pobremente ejecutados, ahora se han vuelto
más organizados. El rey se ha visto en la necesidad de enviar soldados y
arqueros a proteger los asentamientos de la Frontera. Rumores del
advenimiento de un gran Señor de la Guerra Orco se han expandido por la
tierra. Este se ha mostrado como un gran líder y ha unido a los orcos
bajo un solo estandarte. Los espías y scouts del rey Llane lo han
descrito como astuto y sanguinario. Esta temible criatura tiene por
nombre Blackhand el Destructor y su control sobre la Horda orca se ha
convertido en una maldición para Azeroth. El rey ha ordenado enlistar
nuevos reclutas y entrenarlos en los rudimentos del combate, porque ha
llegado el tiempo en que el pueblo de Azeroth deba prepararse para la
guerra.

UNA BREVE HISTORIA SOBRE AL CAIDA DE AZEROTH

Primera Guerra (narrada por la Matriarca de Tirisfal)

Mi nombre es Magna Aegwynn y por cerca de mil años he resguardado los
reinos de este mundo y me he encargado de salvaguardar los pueblos de
esta tierra contra los etéreos poderes de la Gran Oscuridad del Más
Allá. He visto poderosos reinos levantarse y caer. He conocido las
conspiraciones de la alta nobleza y los plebeyos para definir el destino
de la humanidad.

Es solo recientemente que he tenido, con gran dolor, que involucrarme
directamente en los asuntos de los hombres. Por incontables edades he
tenido el cargo de mi Orden para servir y proteger a los hombres
mortales de los misterios de la Gran Oscuridad, y de los palpables y
reales maldades de los reinos del más allá. Para luchar contra las
fuerzas de la Dimensión de la Nada he recibido considerables poderes y
longevidad que rivalizan incluso con los de los ancestrales Elfos. Por
estos poderes también recibí un severo mandato ? El Guardián no debe
interferir con las trivialidades de los hombres hasta que llegue el
tiempo en que se escoja a su sucesor y el manto de los guardianes pase a
otro.

Mas yo, Aegwyn, última Guardiana de la Orden de Tirisfal, he juzgado que
mi tiempo ha llegado. Cuarenta y dos inviernos han pasado desde que por
primera vez en el Reino de Azeroth fui en busca del Conjurador Nielas
Aran. Nielas era excepcionalmente talentoso en los simples conjuros
mágicos de los hombres, y creo que él podría ser el perfecto padre
mortal para mi hijo? y lo es?

He tenido un niño y le he llamado Medivh ? o ?Guardián de los Secretos?
en la Antigua lengua de los Elfos ? en el otoño del año 559. Le he
transferido mis conocimientos y mis poderes, que dormirán en él hasta
manifestarse cuando llegue a su madurez física. Creyendo que mi trabajo
en este mundo estaba hecho y viendo que mi hijo es amado por el pueblo
de Nielas, he viajado a través de los campos del tiempo, preparándome
para el paso.

Mi ojo vigilante a la distancia ha visto que mi hijo ha avanzado mucho
para su joven vida. Me he asegurado que el profundo altruismo de
Tirisfal le guié en sus estudios y pruebe su corazón y su mente para
hacer de la Guardianía, su destino.

En la época en que cumplió su cumpleaños número veinte, el poder
escondido dentro de mi hijo despertó. Incapaz de lidiar con las furiosas
energías cósmicas que han surgido dentro de él, Medivh ha sufrido un
masivo trauma psicológico. Ha sido pacificado por los buenos clérigos de
Northshire. Lo han llevado a la sagrada Abadía y por seis años han
atendido su comatoso cuerpo.

Eventualmente, Medivh despertó de su profundo sueño en complete control
de sus facultades y poderes. Sin embargo, debajo de su confidente y casi
arrogante figura, he conocido que mi hijo se ha vuelto malevolente y
corrupto. La visión y el poder que a su nacimiento ha heredado han sido
pervertidos por las distantes fuerzas de la Dimensión de la Nada,
alterando la parte humana de su alma y marcándolo con su toque maligno
para siempre.

No fue solamente hasta que la primera ola de estas fieras criaturas
conocidas como los Orcos ha venido desde la oscuridad que me he dado
cuenta de lo increíblemente peligroso que mi hijo puede ser?.

EL PORTAL OSCURO Y LA CAIDA DE STORMWIND(ventormenta)

En los oscuros salones de la Torre de los Guardianes, Medivh continúa
luchando por su alma. El Rey Llane, noble monarca de Stormwind, temía
por la oscuridad que había trastornado el espíritu de su viejo amigo. El
rey comunicó sus temores a Anduin Lothar, el último descendiente de la
dinastía Arathi, quien era general de sus ejércitos. Sin embargo,
ninguno de los dos podría haber imaginado que el lento viaje de Medivh
hacia la locura traería los horrores que verían después.

Como incentivo final, Sargeras prometió gran poder a Gul´dan si él
lideraba a la Horda contra Azeroth. Usando a Medivh, Sargeras le dijo al
brujo que él sería convertido en un dios viviente si encontraba la tumba
submarina donde la Guardiana Aegwynn había colocado el cuerpo de
Sargeras cerca de mil años antes. Gul´dan accedió y decidió que una vez
que Azeroth estuviera vencido, saldría en busca de la legendaria tumba y
de su premio. Seguro de que la Horda serviría a sus propósitos, Sargeras
ordenó el inicio de la invasión.

Uniendo sus poderes, Medivh y los brujos del Concejo de las Sombras
abrieron un pasaje dimensional conocido como EL PORTAL OSCURO. Este
portal sería un puente entre Azeroth y Draenor, y era lo suficientemente
grande como para que un poderoso ejército lo cruzara. Gul´dan envió
scouts orcos a través del portal para explorar la nueva tierra que iban
a conquistar. El retorno de los scouts ha asegurado al Concejo de las
Sombras que Azeroth está listo para ser cosechado.

Convencido de que la corrupción de Gul´dan destruiría a su gente, un
jefe orco se atrevió a hablar contra los brujos. Este bravo guerrero
proclama que los brujos han destruido la pureza del espíritu orco y la
invasión venidera sería su perdición. Gul´dan, incapaz de matar a un
héroe tan popular, se vio forzado a expulsar a este jefe y a todo su
clan dentro del nuevo mundo. Su nombre era Durotan, del Clan de los
Lobos de Hielo.

Después del exilio de los Lobos de Hielo, solamente unos pocos clanes
orcos lo siguieron. Estos rápidamente levantaron una base de operaciones
cerca de Black Morass, una oscura y pantanosa área al este del reino de
Stormwind, el Pantano de los Susurros. Allí, secretamente, el Clan de La
Espada Ardiente, la primera fuerza de exploración, empezó a construir
una fortaleza. Conforme los orcos empezaban a explorar las nuevas
tierras, entraron en inmediato conflicto con los humanos defensores de
Stormwind. Aunque estas escaramuzas finalizaban rápidamente, fueron
útiles para aprender acerca de las debilidades de ambas razas. Llane y
Lothar nunca conocieron datos confiables acerca del número real de orcos
y no pudieron imaginar cuán grande era la fuerza que venía contra ellos.
Después de unos pocos años la mayoría de la Horda había cruzado hacia
Azeroth, y Gul´dan consideró que el tiempo del primer golpe contra la
humanidad había llegado. La Horda lanzó su primer ataque contra el
desprevenido reino de Stormwind. Al mando de Kilrogg Ojo Tuerto del clan
Pozo Sangriento, y del ogro-mago Cho´gall del clan Martillo del Ocaso,
inicio el asedio de la ciudad. El rey Llane contraatacó con sus
caballeros, y ante la sorpresiva contraofensiva, la Horda se vio
obligada a replegarse. Ante esto, Gul´dan decidió colocar un Señor de la
Guerra para toda la Horda, a quien pudiera controlar, cargo que recayó
sobre Blackhand el Destructor, del clan Stormreaver, quien era un líder
particularmente astuto y despiadado. Esto provocó desazón entre algunos
de los jefes de los otros clanes, a quienes los soldados veían como
líderes más aptos, en especial los héroes orcos Grom Hellscream (al que
se le ordenó quedarse en Draenor para organizar la defensa) y Orgrim
Doomhammer (designado como uno de los generales de Blackhand en Azeroth).

Conforme las fuerzas de Azeroth y la Horda chocaban por todo el reino,
los conflictos internos empezaron a afectar ambos ejércitos. El rey
Llane, que creía que los bestiales orcos eran incapaces de conquistar
Azeroth, decidió fortificar su posición en su capital de Stormwind. Sin
embargo, Sir Lothar estaba convencido de que la batalla debería ser un
ataque directo al enemigo, y se vio obligado a elegir entre sus propias
convicciones y la lealtad a su rey. Escogiendo seguir sus instintos,
Lothar partió hacia la torre-fortaleza de Medivh en Karazhan. Allí contó
con la ayuda del joven aprendiz de Medivh, llamado Khadgar, quien
también era espía del Kirin Tor. Ambos creían que derrotando al poseído
Guardián, encontrarían una solución del conflicto. Luego de un asalto
sorpresa, lograron darle muerte al cuerpo del Medivh y, sin saberlo,
enviaron al espíritu de Sargeras hacia el Abismo. Como consecuencia, el
puro y virtuoso espíritu de Medivh también fue liberado y pasó al plano
astral?

Aunque Medivh había sido derrotado, la Horda continuó su asedio sobre
Stormwind. Cuando la victoria de la Horda parecía cercana, Orgrim
Doomhammer, jefe del clan Thunderlord, y uno de los más grandiosos jefes
de guerra orco, hábil estratega, con decisivo liderazgo, audacia y
valor, comenzó a observar la depravada corrupción en que se habían
sumergido los clanes desde su tiempo en Draenor. Los orcos, consumidos
por su sed de sangre, y guiados por un déspota, habían perdido
totalmente su identidad. Secretamente, se reunió con su viejo camarada,
Durotan, quien había regresado del exilio y le había advertido sobre los
engaños de Gul´dan. En rápida retribución, los asesinos de Gul´dan
mataron a Durotan y a su esposa Draka, dejando vivir únicamente a un
pequeño niño orco?

Destrozado por la muerte de su amigo Durotan, Orgrim Doomhammer se
decidió a liberar a la Horda de la corrupción demoníaca y asumir el rol
de Señor de la Guerra y jefe del Clan Blackrock, asesinando al títere de
Gul´dan, Blackhand el Destructor. En el momento en que Gul´dan cayó
víctima del trance al morir Medivh, Orgrim asaltó la fortaleza del clan
Diente Negro, de Rend y Maim, hijos de Blackhand, que tenían el
propósito de vengar a su padre, y los envió de vuelta a Draenor.
Capturando a Garona, la media orca, y la más letal de los asesinos de
Gul?dan, mediante tortura la hizo confesar sus secretos. El Concejo de
las Sombras fue descubierto y sus miembros ejecutados, a excepción de
Gul?dan, quien al despertar ofreció a Doomhammer un trato que éste no
podría rechazar: la formación de los Caballeros de la Muerte, para que
hicieran frente a los Caballeros del Rey Llane. Doomhammer inició el
ataque final sobre la ciudadela de Stormwind. El rey Llane había
subestimado el poder de la Horda, e inició un desesperado intento de
buscar ayuda contra los invasores pieles verdes. Sin embargo, fue
asesinado por Garona, para que ésta demostrara así su lealtad a la Horda.

Lothar y sus guerreros, volviendo a casa desde Karazhan, no esperaban la
muerte de su rey y la caída de su amada patria. Pero regresaron
demasiado tarde y lo único que encontraron fue ruinas. La salvaje Horda
había reclamado el país y todas sus tierras para sí misma. Forzados a
ocultarse, Lothar y sus compañeros juraron salvar su patria cual fuera
el costo.

LA ALIANZA DE LOARDERON, MAREAS DE OSCURIDAD
Segunda Guerra

Mareas de oscuridad braman sobre el reino de Lordaeron, querido amigo.
La sombra vil, cual nube enfermiza de pestilencia, ha corrompido los
campos de Stormwind y, voraz y violenta, arrasará a su paso toda noble
visión de vida y de esperanza, sin temer a la espada ni a la Luz. Es
hora de que seamos lo que siempre fuimos: Una sola nación. Rápido,
porque ya vienen?.
Sir Lothar, de la Hermandad de los Caballos, a Lord Uther, de la Orden
de la Mano de Plata
Archivos del Kirin Tor.

Tras la llegada a las costas de Lordaeron miles de refugiados de
Azeroth, el rey Terenas de Lordaeron convocó un consejo de delegados de
cada uno de los siete reinos que gobernaba. Con los terribles relatos de
destrucción y matanzas provocadas por la invasión orca de Azeroth, Lord
Anduin Lothar convenció al soberano de Lordaeron para que unieran sus
fuerzas frente a semejante amenaza. Después de mucho debatir y sopesar,
los lores accedieron a la propuesta de Lothar y Terenas, y acordaron
unir sus ejércitos bajo el mando general del propio Lothar. Como las
orillas de Lordaeron ya habían sido saqueadas por pequeñas bandas de
ladrones orcos, Lothar encontró un fuerte aliado en su amigo de toda la
vida, el almirante Daelin Proudmoore del reino costero de Kul Tiras.
Thoras Trollbane, Señor de Stromgarde, también ofreció rápidamente su
apoyo a la Alianza recién forjada, saboreando la proximidad de gloriosas
batallas. Pero estos guerreros no eran los únicos que se preparaban para
la guerra...

Como el mandato real dictaba que se debían emplear todas las defensas en
la guerra contra el mal, Alonso Faol, abad de la recién destruida abadía
de Northshire, localizada al norte de Stormwind, convenció a los
ministros eclesiásticos de Lordaeron para que equiparan igualmente a sus
clérigos y fieles con armas de guerra. De la misma manera en que los
guardianes habían empuñado espadas de luz para defender los cielos, los
hombres santos de la tierra debían prepararse para combatir contra las
oscuras tinieblas que se acercaban amenazantes desde el sur. Uno de los
clérigos, aprendiz del arzobispo Alonso Faol, fue testigo de la
destrucción de la Abadía de Northshire en Azeroth por parte de la Horda
durante la Primera Guerra. Este sacerdote, llamado Uther Lightbringer,
ha comprendido que el esfuerzo que su Orden, la Iglesia de la Sagrada
Luz, hizo durante la Primera Guerra, no había sido suficiente para
contener el poder de los orcos. Por esto, Uther ha viajado hasta el Lago
Darrowmere, en el norte de Lordaeron, para cristianizar a los Caballeros
de la Orden de la Mano de Plata y enlistarlos en las filas reales. Estos
nobles y valientes caballeros han aceptado el Código de la Luz, y se han
convertido en los primeros Paladines. Sin embargo, la Alianza ha
recibido el primer golpe y no precisamente de los orcos. Durante el
viaje a Darrowmere, Uther fue atacado por piratas provenientes de la
ciudad de Alterac. Con este hecho, Uther ha descubierto la conspiración
Lord Perenolde, Señor de Alterac, que ha traicionado a la Alianza,
haciendo un trato con Doomhammer, con el afán de apoderarse de sus ricas
tierras. A pesar de esto, el primero de los Paladines no está dispuesto
a dejar caer a su pueblo tan fácilmente. Bendecidos en las Iglesias y
los monasterios de Lordaeron, los Paladines se lanzan a la batalla con
la fe como escudo y con el Martillo de la Luz como arma.

Así, Lothar no está solo. A su lado combaten Uther Lightbringer, Capitán
de los Paladines de La Mano de Plata de Lordaeron; Daelin Proudmoore,
Almirante de la Armada de Kul Tiras; Thoras Trollbane, Señor de
Stromgarde; Genn Greymane, Señor de Gilneas; los poderosos magos de la
Ciudadela Violeta de Dalaran, enviados por el Kirin Tor, y Turalyon, uno
de los más experimentados de sus lugartenientes. Pero Lothar ha sido
también hábil para ganarse otros poderosos aliados. Por los antiguos
pasadizos subterráneos de Khaz Modan, llegaron los estoicos enanos de
Ironforge, al mando de Muradin Bronzebeard, hermano del rey Magni,
anunciando que los orcos ya habían empezado a asaltar su reino en las
montañas. Los enanos ofrecieron su apoyo, armas e ingeniosas
tecnologías. Los humanos, por su parte, les aseguraron que los orcos
serían expulsados a toda costa. De Aerie Peak han descendido los
Wildhammers, montando sus impresionantes grifos. De la tecno-ciudad de
Gnomeregan, los astutos gnomos, han enviado a sus hábiles pilotos e
ingenieros en socorro de la Alianza, junto con sus poderosos tanques de
vapor y autogiros. Los solitarios elfos de Silvermoon, al mando de la
Ranger Alleria Windrunner, se aventuraron a salir desde los tupidos
bosques de Quel?thalas para ofrecer sus servicios. Sus magias, muy
relacionadas con las fuerzas terrenales, mostraban que los orcos habían
profanado las tierras de Lordaeron como parte de sus siniestros planes.
Anasterian Sunstrider, regidor de Quel´thalas, ha enviado a sus
arqueros, sacerdotes y hechiceras. Estos, largamente desinteresados en
el conflicto por venir, tienen una deuda de honor con Lothar porque es
el único descendiente de los Arathi, que les habían ayudado en épocas
pasadas. Se echó tierra a los prejuicios malignos que habían existido
desde antaño entre las tres razas y se creó un vínculo entre estos
antiguos vecinos, vínculo conocido como ?LA GRAN ALIANZA DE LORDAERON?.


Así, unidos por las armas frente a un mismo enemigo, la Alianza se erige
por encima de las orillas del destino y espera la llegada de la Marea
oscura.
La Horda, ahora liderada por Señor de la Guerra Orgrim Doomhammer,
también ha hecho alianzas. Desde Draenor han llegado los gigantescos y
brutales Ogros, bajo el liderazgo del ogro Cho?gall del clan Twilight
Hammer, y los Trolls Amani del bosque de Silverpine, lanzadores de
hachas y acérrimos rivales de los Altos Elfos, han decidido pelear por
la Horda, al mando de su líder Zul?jin, recientemente liberado de una
prisión en Quel?thalas. Asimismo, los ambiciosos Goblins, siempre
deseosos de poseer oro, se han aliado con la Horda, y la han provisto de
maquinaria de asedio, zeppelines y barcos. Una masiva campaña ha
iniciado para tomar el reino Enano de Khaz Modan y las regiones sur de
Lordaeron, y la Horda ha diezmado toda oposición.

Las épicas batallas de la Segunda Guerra recuerdan grandes
enfrentamientos navales y peleas aéreas masivas. En las profundas
cavernas de Khaz Modan ha sido desenterrado un poderoso artefacto,
conocido únicamente como Alma de Demonio. Gracias a este artefacto, los
brujos orcos han logrado a esclavizar a una gran dragona roja y a sus
hijos. Amenazada con destruir sus preciosos huevos, la Horda ha forzado
a Alexstrasza, la Protectora de la Vida, la Reina de los Dragones, a
mandar a sus hijos a la guerra. Los nobles dragones rojos han sido
forzados a pelear por la Horda y se han enfrentado, apoyados por los
zeppelines goblins, en gigantescas batallas contra los autogiros de los
gnomos, los jinetes de grifos de los Wildhammers y los Rangers Elfos.
Genn Greymane ha levantado un fenomenal muro defensivo alrededor de
Gilneas, para retrasar lo máximo posible el avance de la Horda, el
famoso ?Muro de Greymane?.
La guerra ruge a través de los continentes de Khaz Modan, Lordaeron y
Azeroth. La Horda ha incendiado las fronteras boscosas de Quel´thalas y
ha realizado enormes ataques navales a las refinerías de aceite de Kul
Tiras y a los puertos y ciudades costeras de Lordaeron. El Almirante
Proudmoore ha contraatacado con la Armada cañoneando las posiciones de
los orcos sobre las costas del norte de Khaz Modan. Uther y los
Paladines montan asedio a la ciudad de Alterac, pero gracias a una
revuelta provocada por los propios campesinos, Lord Perenolde es
depuesto, pero logra escapar. Las fuerzas de Turalyon chocan de frente
contra los jinetes de lobos de la Horda. Las grandes ciudades y pueblos
han sido arrasados y devastados por el conflicto, y a pesar del ingente
esfuerzo, Lord Lothar y los aliados se han visto obligados a retroceder
hasta las murallas mismas de la Ciudad Capital.

Sin embargo, durante los días finales de la Segunda Guerra, cuando la
victoria de la Horda sobre la Alianza parecía segura, una terrible
disputa surgió entre los dos orcos más poderosos sobre Azeroth. En el
momento de la muerte de Medivh, Gul´dan se encontraba conectado
psíquicamente con el corrupto Guardián, por lo que había caído en un
estado de shock que le permitió a Doomhammer tomar el control de la
Horda. Al despertar, se encontró con que el líder orco se había hecho
con la Horda, y había matado a Blackhand y a todos los miembros del
Concejo de la Sombra. Rencoroso, Gul´dan no guardaba ninguna lealtad
hacia Orgrim, pero lo apoyó mientras llegaba el momento adecuado.
Inclusive, para ganarse la simpatía del nuevo Señor de la Guerra,
capturó los cuerpos de varios caballeros de la Alianza caídos en la
batalla, e invocando a los miembros asesinados del Concejo, logró que
sus espíritus revivieran en los cuerpos de los caballeros, a quienes
llamó Caballeros de la Muerte. Orgrim estaba complacido con los
Caballeros de la Muerte, pues eran poderosos aliados en la batalla, pero
no sabía que éstos eran fieles únicamente a Gul´dan. Mientras Doomhammer
prepara su asalto final sobre la Ciudad Capital de Lordaeron ? un asalto
que hubiera resquebrajado los últimos remanentes de la Alianza ? Gul´dan
y sus seguidores, los clanes Stormreaver y Twilight Hammer (con su líder
el ogro Cho?gall a la cabeza), abandonaron sus puestos y se hicieron a
la mar. El irritado jefe Doomhammer, viendo reducidas sus fuerzas debido
a los engaños de Gul´dan, ha tenido que abandonar su más grande
oportunidad de victoria sobre la Alianza.

Mirando el costo de la traición de Gul´dan, Doomhammer envía sus fuerzas
para asesinarlo y hacer volver a los renegados. Para su desgracia,
Gul´dan ha desaparecido. Con su líder perdido, los clanes renegados
cayeron fácilmente ante las legiones de Doomhammer. Con la rebelión
acabada, la Horda ha sido incapaz de recuperarse de sus pérdidas. La
traición de Gul´dan no solo le ha dado esperanza a la Alianza, sino
también tiempo para reagruparse y contraatacar.
Lord Lothar se ha dado cuenta de que la Horda se ha fracturado, ha
reunido sus fuerzas y ha empujado, en un choque frontal directo, a
Doomhammer hacia el sur, obligándolo a replegarse hacia el corazón de la
destruida Stormwind. Allí, las fuerzas de la Alianza han arrinconado a
la Horda en retirada en el fuerte volcánico de Blackrock Spire, donde el
clan del Señor de la Guerra tiene su base. En el fragor de la batalla,
los dos bravos líderes se han encontrado. No se ha visto hasta ahora
combate más bravío. Al final, Lord Lothar ha caído mortalmente herido:
Doomhammer logra derrotarlo, aunque el Señor de la Guerra tampoco ha
salido ileso. Sin embargo, lejos de desalentarse, la muerte de Lothar no
produce el efecto que Orgrim hubiera deseado. Perdido su líder, el
lugarteniente Turalyon levanta el escudo de su comandante y dirige un
furibundo ataque suicida a la base, y a la undécima hora, la Horda ha
retrocedido hasta el abismal Pantano de los Susurros, a los pies mismos
del Portal Oscuro. Finalmente, Uther y los Paladines realizan un ataque
temerario a la fortaleza del Clan de la Espada Ardiente, logrando abrir
una brecha hacia el Portal. Las fuerzas de Turalyon y Uther combinadas
avanzan y destruyen el Portal Oscuro, la mística puerta que conecta a
los orcos con su hogar en Draenor. Únicamente Kilrogg Ojo Tuerto ha
logrado escapar hacia Draenor. Sin capacidad para recibir refuerzos y
divididos durante la batalla, la Horda finalmente ha caído ante el poder
de la Alianza.

Los escasos clanes orcos que han sobrevivido han sido capturados y
colocados en campos de internamiento. Aunque la Horda ha sido finalmente
derrotada para bien, algunos aún están altamente escépticos de que por
fin haya paz. Khadgar, ahora un archimago de algún renombre, ha
convencido a la Alianza de construir el fuerte de Nethergarde para
vigilar las ruinas del Portal Oscuro y asegurarse de que no haya futuras
invasiones desde Draenor.

LA INVASION DE DRAENOR,(terrallende) MAS ALLA DEL PORTL OSCURO
Fragmentos del diario de un escudero humano. Archivos del Kirin Tor

Con los fuegos de la Segunda Guerra apagándose, la Alianza lleva a cabo
reducidas misiones para acabar con los últimos vestigios de la Horda
orca. Un gran número de campos de internamiento han sido construidos en
el sur de Lordaeron, al este de Aerie Peak. La vieja fortaleza de
Durnholde, elevada sobre una colina que observa todo el valle, fue
elegida como guardiana de los campos de internamiento orcos. Lord
Aedelas Blackmoore, uno de los generales más destacados durante la
Segunda Guerra, ha sido designado patrón de Durnholde. A su vez, Danath
Trollbane, un mercenario de la ciudad de Stormgarde que ha sido
reconocido como héroe luego de asumir el mando de las fuerzas de su
ciudad durante el asedio de la Horda, es designado como guardián de uno
de los campos de internamiento donde los más fieros guerreros orcos
fueron colocados. El mismo Señor de la Guerra, Orgrim Doomhammer, ha
sido puesto preso y se ha constituido en un esclavo personal de mismo
rey Terenas. Solamente un clan, los Bleeding Hollow de Kilrogg Ojo
Tuerto, ha logrado escapar del control de la Alianza y se refugia en las
montañas Redrigde.

En el infernal mundo de Draenor, un nuevo ejército orco se prepara para
golpear a la inadvertida Alianza. Ner´zhul, el antiguo mentor de
Gul´dan, ha reunido los clanes sobrevivientes bajo su negro estandarte.
Aliado con el clan Diente Negro de Rend y Maim (hijos de Blackhand el
Destructor) y apoyado por su propio clan Shadowmoon, el viejo chamán
planea abrir un número de portales sobre Draenor que conduzca a la Horda
a nuevos e inexplorados mundos. Luego de abrir nuevamente el Portal
Oscuro, Kilrogg y los Bleeding Hollow fueron aclamados como héroes.
Algunos clanes, sin embargo, no confiaban del todo en los planes de
Ner?zhul. Fenris el Cazador, capitán del ejército de Sythegore y jefe
del clan Thunderlord, sugirió al viejo chamán continuar con la conquista
iniciada por Doomhammer en Azeroth, pero Ner?zhul no compartía su
visión. Secretamente, Fenris y todo el clan Thunderlord fueron
destruidos por los Shadowmoon, el clan de Ner?zhul.

Conociendo que la Calavera de Gul?dan, su antiguo discípulo, había sido
capturada por Tagar Spinebreaker del clan de orcos caníbales
Bonechewers, Ner?zhul destruyó al clan y usurpó la Calavera. A su vez,
pretendía robar más artefactos de Azeroth y usarlos para abrir los
portales. La nueva Horda, liderada por el joven Grom Hellscream (del
clan Warsong) y el veterano Kilrogg Ojo Tuerto, sorprendió las defensas
de la Alianza e ingresó al país. Bajo los quirúrgicos mandatos de
Ner´zhul, los orcos rápidamente obtuvieron los artefactos que
necesitaban y volvieron a la seguridad de Draenor. Luego de robar el
Bastón Enjoyado de Sargeras, la Horda batalló contra Alterac por el
Libro de Medivh, y robó el Ojo de Dalaran de la reconstruida Isla de la
Cruz.

Advertidos por el ataque repentino de los orcos, los magos del Kirin Tor
convencen al rey Terenas de realizar una expedición hacia Draenor, más
allá del Portal Oscuro, y acabar con la amenaza orca de una vez por
todas. Las fuerzas de la Alianza, al mando del General Turalyon y del
archimago Khadgar, salen de la fortaleza Nethergate, y marchan sobre
Draenor e inmediatamente, en las terribles praderas de la Península del
Infierno, entraron en combate con los clanes de Ner´zhul, los Warsong,
los Bleeding Hollow y los Shatterend Hand, éste último al mando del jefe
Bladefist. Dándose cuenta del catastrófico resultado que tendrá el
hechizo del brujo orco, Khadgar en persona, junto a Turalyon, la Ranger
elfa Alleria Windrunner, el veterano Danath Trollbane y el enano Kurdran
Wildhammer (montado en su leal grifo Sky?ree), hacen un desesperado
intento por detenerlo. A pesar de esto, Khadgar no fue capaz de prevenir
que el chamán abriera los portales a otros mundos. Sin embargo, un
terrible precio se tuvo que pagar por ello. Las tremendas energías de
los portales provocaron que Draenor empezara a consumirse en una
terrible espiral de destrucción. Mientras las fuerzas de Turalyon
trataban desesperadamente de volver a Azeroth, el mundo de Draenor se
comprimía sobre sí mismo. Grom Hellscream y Kilrogg Ojo Tuerto, viendo
que la locura de Ner´zhul había traído la perdición a toda su raza,
reunieron a los orcos remanentes y lograron escapar hacia la relativa
seguridad de Azeroth.

En Draenor, Turalyon y Khadgar decidieron hacer un último sacrificio
destruyendo el Portal Oscuro desde su lado. Aunque esto les costaría sus
vidas y las de sus compañeros, sabían que era la única forma de
asegurarse la supervivencia de Azeroth. Gracias a la ayuda del ogro
Mogor, jefe del Clan de la Calavera, logran recuperar el Libro de Medivh
y pasarlo al otro lado con unos pocos sobrevivientes. Inmediatamente que
Hellscream y Ojo Tuerto luchaban su camino entre las filas humanas en un
desesperado esfuerzo por la libertad, el Portal Oscuro explotaba detrás
de ellos. No había regreso.

Ner´zhul y su leal clan Shadowmoon lograron pasar a través de uno de los
portales más grandes. Rend y Maim y el Clan Diente Negro no pudieron
escapar y quedaron atrapados en la caótica dimensión. Luego una masiva
explosión separó los continentes de Draenor. Los océanos ardientes se
abalanzaron sobre la tierra y el torturado mundo fue finalmente
consumido en una masiva y apocalíptica implosión.

EL NACIMIENTO DEL REY LICH
Leyendas alrededor de una fogata?

Ner'zhul y sus seguidores entraron en el Torbellino del Vacío, el plano
etéreo que conecta todos los mundos que forman la Gran Oscuridad del Más
Allá. Desafortunadamente, Kil'jaeden y sus demonios los esperaban.
Kil´jaeden, quien deseaba vengarse por el estúpido desprecio de
Ner'zhul, lentamente desmembró al viejo chamán, parte por parte.
Kil´jaeden cuidó de que el espíritu del chamán continuara vivo e
intacto, por lo que Ner´zhul observó dolorosamente cómo su cuerpo era
desmembrado. Ner´zhul suplicó al demonio que dejara en paz su espíritu y
le diera muerte, pero el demonio le replicó que el Pacto de Sangre que
habían hecho hace mucho tiempo continuaba vigente y que todavía Ner'zhul
tenía un propósito para el cual servir.

El fracaso de los orcos en conquistar el mundo para la Legión Ardiente
había forzado a Kil'jaeden a crear un nuevo ejército que llevara el caos
a los reinos de Azeroth. Este nuevo ejército no debería caer en las
mismas pequeñas rivalidades y luchas internas que plagaron a la Horda.
Debería ser inmisericorde y persistente en su misión. Esta vez,
Kil'jaeden no admitiría errores.

Manteniendo en espíritu de Ner´zhul en éxtasis, Kil'jaeden le dio una
última oportunidad de servir a la Legión o sufrir eterno tormento. Una
vez más, Ner'zhul aceptó pactar con el demonio. Su espíritu fue colocado
en un bloque de hielo y diamante especialmente diseñado de los lugares
más lejanos del Torbellino del Vacío. Atrapado en este casco congelado,
Ner´zhul sintió que su conciencia se expandía diez veces más.
Transformado por los caóticos poderes del demonio, Ner´zhul se había
vuelto una entidad espectral de inmenso poder. En ese momento, el orco
conocido como Ner'zhul dejó de existir para siempre, y el Rey Lich había
nacido.
Los leales caballeros de la muerte de Ner'zhul y los chamanes del clan
Shadowmoon también fueron transformados por las caóticas energías del
demonio. Los perversos hechiceros fueron descuartizados y rearmados como
liches esqueléticos. Los demonios se aseguraron que aún en la muerte,
los seguidores de Ner´zhul le servirían incuestionablemente.

Cuando el tiempo fue el correcto, Kil'jaeden explicó la misión para la
cual el Rey Lich había sido creado. Ner'zhul libraría una plaga de
muerte y terror a lo largo de Azeroth que arrasaría la civilización
humana para siempre. Todos aquellos que murieran por la plaga se
levantarían de nuevo como muertos vivientes, y sus espíritus quedarían
eternamente unidos a Ner'zhul. Kil´jaeden prometió a Ner´zhul que una
vez que cumpliera su oscura misión de azotar la humanidad, le dejaría
libre de su maldición y le daría un nuevo y sano cuerpo en el cual habitar.

Aunque Ner'zhul parecía ansioso de iniciar su parte, Kil´jaeden
permanecía escéptico de sus débiles lealtades. La ausencia de cuerpo del
Rey Lich y su prisión de hielo aseguraban su buena conducta por corto
tiempo, pero el demonio sabía que debería colocar un ojo vigilante sobre
él. Para este fin, Kil´jaeden asignó a su élite demoníaca, los
vampíricos Señores del Terror, de vigilar a Ner'zhul y asegurarse de que
cumpliera su cometido. Tichondrius, el más poderoso y astuto de los
Señores del Terror, aceptó el reto; se encontraba fascinado por la
severidad de la plaga y la potencial habilidad del Rey Lich para el
genocidio

ICECROFT(corona de hielo), Y EL TRONO DE HIELO

Kil'jaeden envío el casco de hielo con Ner'zhul de vuelta al mundo de
Azeroth. El endurecido cristal cruzó el negro cielo y se estrelló en el
desolado continente de Northrend, clavándose profundamente en el glaciar
de Icecrown. El cristal congelado, moldeado y resquebrajado por el
violento descenso, tomó la forma de un trono, y el vengativo espíritu de
Ner'zhul pronto tomó conciencia de ello.

Desde los confines del Trono de Hielo, Ner'zhul comenzó a explorar con
su vasta conciencia y tocó las mentes de los habitantes nativos de
Northrend. Con poco esfuerzo, esclavizó las mentes de las muchas
criaturas indígenas, incluyendo los trolls de hielo y los fieros
wéndigos, y dirigió a sus malvados hermanos hacia la Sombra. Usando sus
poderes casi ilimitados, creó un pequeño ejército que se albergó en los
laberintos de Icecrown. Conforme del Rey Lich manejaba sus crecientes
habilidades bajo la persistente vigilancia de los Señores del Terror,
descubrió un remoto asentamiento humano en la costa de las vastas Ruinas
del Dragón. Ner´zhul decidió probar sus poderes en los desprevenidos
humanos.

Ner'zhul lanzó su plaga ? la cual se había originado desde las
profundidades del Trono de Hielo, en los desperdicios árticos.
Controlando la plaga con su voluntad, atacó la villa humana. Al cabo de
tres días, todos en el asentamiento habían muerto, pero casi
inmediatamente, los habitantes muertos empezaron a levantarse como
cuerpos zombificados. Ner'zhul podía sentir sus espíritus individuales
como si fueran parte de él mismo. La inmensa cacofonía en su mente causó
que Ner'zhul se hiciera más poderoso, sus espíritus le proveyeron de
mucho más sustento. Descubrió que era juego de niños controlar a las
acciones de los zombis y hacerlos cumplir sus deseos.

Durante los siguiente meses, Ner'zhul continuo experimentando con su
plaga de muertes vivientes subyugando a cada humano habitante de
Northrend. Con su ejército de muertos vivientes creciendo diariamente,
supo que su verdadera prueba estaba cerca.

GUERRA DE LA ARAÑA
Ruinas de Azjol-Nerub

Ner'zhul continuó consolidando su poder en su base de Northrend. Una
gran ciudadela fue erigida en el glaciar Icecrown y fortificada por las
crecientes legiones de los muertos. Pero, mientras el Rey Lich afirmaba
sus fuerzas en Northrend, el Imperio subterráneo de Azjol-Nerub, el cual
había sido fundado por una raza de siniestras arañas humanoides, envió a
sus guardia de guerreros de élite contra Icecrown con el propósito de
acabar con el dominio del Rey Lich. Para mayor frustración, Ner´zhul
comprobó que los malignos nerubian eran inmunes no solo a la plaga, sino
a su dominación telepática también.

Los señores araña Nerubian, descendientes de los insectoides Azil?Aqir,
comandaban inmensas fuerzas y sus vastas redes subterráneas estrechaban
casi la mitad de la ciudadela de Northrend. Sus tácticas de guerrillas
sobre las fortalezas del rey Lich iban esperanzadas en derrotarlo con el
tiempo. La Guerra de la Araña se ganó por desgaste. Con la ayuda de los
siniestros Señores del Terror y los innumerables guerreros muertos
vivientes, el rey Lich invadió Azjol-Nerub y destruyó los templos
subterráneos, que cayeron sobre las cabezas de los señores araña Nerubian.

Aprovechando la existencia cercana del cementerio de los Dragones
Azules, el Dragonblight, Ner?zhul utilizó sus poderes de nigromancia
para animar los esqueletos de los Dragones, a los que llamó Wyrns de
hielo, sus mascotas favoritas, y los lanzó en un inmenso ataque aéreo
sobre Azjol-Nerub. Finalmente, montó un terrible asedio sobre la
Fortaleza de Draktharon, donde el último de los Reyes Nerubian,
Anub?Arak el Inmisericorde, había atrincherado sus fuerzas. Durante el
ataque, el gran Anub?Arak cayó mortalmente herido. Su cuerpo fue
momificado y enterrado en un sarcófago bajo un ziggurat, según la
tradición nerubian. Como los nerubian eran inmunes a la plaga, Ner´zhul
utilizó sus poderes de nigromancia para levantar los cuerpos de los
guerreros araña y aliarlos a él. Estos serían conocidos como Demonios de
la Cripta. Astutamente, el rey Lich levantó también al caído rey
Anub?Arak, y lo designó general de su ejército.

Como testamento de su tenacidad y osadía, Ner´zhul adoptó el estilo
arquitectónico distintivo de los nerubian para sus propias fortalezas y
estructuras. Libre para liderar sin oposición su reino, el Rey Lich se
preparó para su verdadera misión en el mundo. Explorando entre las
tierras humanas con su vasta conciencia, el Rey Lich llamó a cualquier
alma oscura que estuviera dispuesta a escuchar

Abaddon
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